“Se você não for
cuidadoso, os jornais farão você odiar as pessoas que estão sendo oprimidas, e
amar as pessoas que
estão oprimindo.” ( Malcolm X, 1925-1965).
VICKY PELAEZ- Os meios de
comunicação corporativos globalizados
tem utilizado muita sutileza e
sofisticação na apresentação e divulgação da desinformação, e para isso tem empreendido
uma guerra midiática aberta contra todos os países que se atrevem a buscar
caminhos alternativos de desenvolvimento
socioeconômico diferentes, que não
coincida portanto, com o
neoliberalismo imposto pelos
Estados Unidos.
El nuevo modus operandi de la
prensa globalizada lo muestra el reciente artículo del reportero de la NBC
News, Jim Maceda publicado bajo el título “Tour of Ukranian Russian border,
finds non signs of military buildup” (El viaje a lo largo de la frontera entre
Ucrania y Rusia muestra que no hay signos de movimientos de tropas (rusas)”.
Sin embargo, al día siguiente la NBC
News cambió el titular del mismo artículo anunciando: “No signs of Russian
troops withdrawal from Ucranian border” (No hay signos de la salida de las
tropas rusas de la frontera con Ucrania).
Lo mismo sucede con la
presentación de las noticias sobre Venezuela. La semana pasada la Oficina de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) en Venezuela emitió un comunicado en que
“saluda el esfuerzo que se viene realizando en el marco de las conferencias
nacionales y regionales de paz y el anuncio hecho por el Sr. Presidente Nicolás
Maduro sobre la creación del Consejo Nacional de Derechos Humanos”. También la
ONU felicitó al presidente por sus esfuerzos para promover la paz en el país y
rechazó “cualquier hecho violento, la destrucción de la propiedad pública y
privada y el obstáculo a la libre circulación de ciudadanos”. Por supuesto, la
prensa globalizada no vio ni escuchó, peor aún acalló el hecho siguiendo el
memorándum del 23 de enero pasado del presidente Obama que señalaba que
“incitando la violencia popular podría ayudar a sacar al presidente Maduro del
poder”.
El mensaje no puede ser más claro
para los medios de comunicación globalizados que se volcaron a presentar
durante estos últimos dos meses la violencia en Venezuela como la lucha por la
democracia para acabar con la “dictadura del gobierno”. Inclusive se elaboró en
Washington “El Plan Estratégico para Venezuela” suponiendo que la crisis en las
calles facilitará la intervención de Norteamérica y de las fuerzas de la OTAN
con el apoyo de Colombia. Para dar un mayor estímulo a la oposición y a hacer
más eficaz la guerra mediática, la Cámara de Representantes del Congreso
estadounidense aprobó el 4 de marzo pasado la Resolución 488 (R488) por 393
votos y uno en contra en apoyo “del pueblo de Venezuela que protesta
pacíficamente en defensa de la democracia y contra el crimen exhortando el fin
de la actual violencia”.
Lo que están ocultando los medios
de comunicación globalizados son las pérdidas por los daños causados al país
por los manifestantes opositores que superan ya 10,000 millones de dólares,
según los datos del equipo económico del gobierno. En el estado Lara estos “manifestantes pacíficos”
trataron de quemar a médicos cubanos rociándolos de gasolina en los
consultorios donde atienden a millares de personas cada mes. En el estado de
Táchira atacaron las instalaciones de la Universidad nacional Experimental de
las Fuerzas Armadas afectando a más de 5,600 estudiantes. Frente a estos hechos
vandálicos la prensa globalizada está guardando un profundo silencio o
simplemente están señalando al gobierno como el responsable de la violencia. Y
esta información la están propagando día a día los periodistas al servicio de
los globalizadores como parte de la guerra mediática, usando mensajes
repetitivos para crear una imagen completamente distorsionada de la crisis en
Venezuela y ocultando el hecho que los disturbios se producen solamente en 18 de
las 335 municipalidades del país.
Lo mismo está sufriendo Siria
desde el marzo de 2011 cuando se inició la propagación de noticias
internacionales capciosas para preparar a la audiencia mundial para una posible
agresión o invasión en contra del país. Los laboratorios de desinformación y a
la vez del terrorismo fueron establecidos bajo la tutela de la CIA y la DIA (la
Agencia de Inteligencia del Pentágono) en Turquía, Jordania y Chipre creando
una red de periodistas, intelectuales asalariados y cadenas de medios de
comunicación para propagar “la noticia mentira” permanentemente para confundir
la opinión pública mundial. El canal qatarí Al-Jazeera, alguna vez un medio
alternativo, se convirtió con la ayuda de la CIA en uno de los centros de la
guerra mediática contra el gobierno legítimo de Siria encabezado por el
presidente Bashar Al-Assad quien ya en 2003 fue declarado el “enemigo de los
EE.UU. al negarse a prestar su territorio a las fuerzas militares de EE.UU.
para bombardear a Irak.
La frustración que tuvo
Washington al no permitir Rusia el cambio de régimen en Siria y al observar el
inicio del acercamiento de Irán a Rusia y posteriormente sentirse incapaz de
prevenir el retorno de Crimea a los brazos de Moscú, produjo gran irritación en
el gobierno de Obama cuyo resultado fue la intensificación de la guerra
mediática contra el liderazgo de Putin, esperando el apoyo de la oposición rusa
y la elaboración de las sanciones económicas contra este país. Estados Unidos
estaba preparándose para este proceso desde 2012 cuando inició una campaña
mediática contra los medios de comunicación rusos debido al aumento de la
información alternativa en contraste a la desinformación globalizada elaborada
por Washington y su aliado incondicional Bruselas.
Parece que la irritación de
Washington con Moscú ha cegado la capacidad analítica de los “iluminados” al
elaborar las sanciones que en realidad afectan más los intereses
norteamericanos que los rusos. Inclusive los líderes estadounidenses ofrecen,
sin darse cuenta, cierta ventaja ideológica a Moscú a pesar de que los dos
países hablan el mismo idioma capitalista. Lo interesante y lo que es nuevo a
la vez, es que las sanciones contra algunas personalidades rusas que tienen
prohibido entrar en la UE y poseer bienes allí no las declara la primera
superpotencia del mundo, sino su incondicional satélite, la Unión Europea. Así
en esta lista absurda aparece el director general de la recién formada agencia
internacional “Rossiya Segodnya”, el conocido presentador de televisión, Dmitriy
Kiseliov. Resultó que este hombre ha sido el único periodista afectado por las
sanciones. Cualquier estudioso de propaganda diría que la selección de un
periodista para el castigo produciría un efecto contradictorio a lo deseado por
sus autores pues hace crecer al personaje y al medio de comunicación que él
representa. También muestra la inseguridad de los castigadores.
Tanto la Unión Europea como sus
curadores en Washington están perdiendo la guerra de la información que ellos
han desatado contra Venezuela, Siria, Irán y Rusia. Y lo curioso de todo esto
que recientemente Washington amenazó con sanciones a la misma Unión Europea por
atreverse a declarar como una necesidad urgente
crear su propia red de comunicación electrónica independiente de los
Estados Unidos para proteger la privacidad de los europeos. Actualmente más del
70 por ciento del tráfico electrónico en Europa pasa a través de Norteamérica y
en el caso del otro satélite estadounidense, Canadá, el 90 por ciento. Lo mismo
sucede con América Latina y Rusia. Así Washington asegura su hegemonía en el
fluido y diseminación de la información a nivel global acomodándola a sus
propios intereses nacionales.
Los que se atreven dentro de los
Estados Unidos a investigar, buscar fuentes alternativas de la información o
simplemente se dedican al periodismo informativo, “están intimidados y
perseguidos por atreverse a exponer el alcance de las actividades secretas del
gobierno”, según la abogada italiana y representante de la Asociación
Internacional de Juristas Demócratas (AIJD), Micól Savia. Esta jurista afirmó
que en su afán de encontrar las fuentes de la información clasificada publicada
por la prensa, “el gobierno llegó a registrar las comunicaciones y movimientos
de reporteros”.
Para confirmar este hecho citó el
caso del periodista independiente colaborador de “The Guardian” y “Vanity Fair,
Berret Brown “quien se enfrentó a una acusación que podía suponerle 105 años de
cárcel por haber publicado un hipervínculo a una serie de documentos
confidenciales de la agencia privada de inteligencia Stratfor, ¨hackeado por “Anonymous”. Brown estuvo en
prisión más de un año y posteriormente le fue impuesta la prohibición a él y
sus abogados de hablar de su caso con la prensa”. Casi lo mismo está sucediendo
en Europa. El Reino Unido, que siempre
se ha caracterizado por una legislación muy avanzada en materia de la libertad
de prensa, está experimentando una regresión en este campo. Como ejemplo Micól
Savia quien citó las presiones que ejerció el gobierno británico sobre el
diario “The Guardian” para impedir la publicación de los documentos relativos
al programa de vigilancia masiva por parte de la Agencia de Seguridad Nacional
(NSA) de EEUU y su homóloga británica GCHQ y sus órdenes de destruir discos
duros de documentos entregados por Edward Snowden. Lo que finalmente “The
Guardian” tuvo que cumplir.
Tomando en cuenta todo lo que
está pasando en los Estados Unidos y la Unión Europea respecto a la veracidad
de la información y la libertad de prensa, podemos dar la razón al director de
la agencia Rossia Segodnia, Dmitriy Kiseliov quien sostiene que “actualmente
hemos invertido los papeles. Rusia se apuesta por la libertad de expresión,
mientras que el Occidente ya no lo hace. Se han producido cambios tectónicos en
la civilización. En Rusia se puede abordar cualquier tema, existen canales de
televisión, radios y periódicos para todos los gustos y no se bloquea el acceso
al internet. No hay ninguna obra literaria prohibida. Se publica todo, a
excepción de lo que está directamente proscrito por la Constitución”. Resulta
que inclusive se conocen los nombres de opositores, como Serguey Parjomenko,
Alexey Navalniy, Valeriya Novodvorkaya que aconsejaron al departamento de
Estado y a la Comisión Europea sobre las
personalidades rusas que deben ser prohibidas de entrar en el territorio de la
Unión Europea.
Parece que tanto Washington como
Bruselas, lanzando amenazas a todo el mundo que cuestiona sus intentos de
imponer su control global diseminando una burda desinformación, no se dan
cuenta de que su hegemonía informativa se ha acabado. Actualmente existen
varias agencias informativas alternativas como Prensa Latina, TeleSur,
HispanTV, Chinese Central Television (CCTV), Russia Today (RT), Russia
Segodnia, Press TV, Red Voltaire, Al-Manar, Halak TV entre muchas otras que
están desafiando a los medios de comunicación corporativos globalizados con el
propósito de romper el monopolio informativo anglo sajón.
Dijo alguna vez el escritor belga
Paul Carvel refiriéndose a los medios de comunicación globalizados que “la
televisión te lava el cerebro y el internet te elimina toda la resistencia del
pasado”. La prensa alternativa tiene que tomar todo esto en cuenta para que su
televisión aporte el conocimiento y el internet conecte el presente con el
pasado y el futuro. Hace bastante tiempo Gabriel García Márquez hablando del
periodismo afirmó que “el periodismo es el mejor oficio del mundo y que es una
pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación
descarnada con la realidad”. Solamente así las noticias y la verdad se
convierten en la misma cosa.
FONTE:
Contrainjerencia e RIA NOVOSTI
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