A dureza e a intransigência com que o governo alemão, vem e continua mostrando aos Estados membros da União Europeia ( EU ) que enfrentam mais dificuldades devido a crise da dívida que afeta a região desde 2009, está levando a níveis preocupantes o sentimento anti-germano nesses países.
Contrainjerencia- Cada vez resulta más frecuente
que los medios y la población de esos países culpen a Berlín de la aplicación
de políticas que la realidad y la opinión de no pocos expertos y entidades
consideran que harán más difícil superar esta etapa y publicaciones alemanas
hablan ya de un brote de “germanofobia” que algunos ven con estupor, otros con
pena y la mayoría con preocupación, según la agencia DPA.
Las imágenes de la canciller
alemana, Angela Merkel, vestida con uniforme nazi son ya una estampa recurrente
del ‘crash’ europeo, aunque las críticas comienzan a aflorar más allá de las
calles de Nicosia, Madrid o Atenas. “Merkel, como Hitler, ha declarado la
guerra al resto de Europa, ahora para garantizarse espacio vital económico”,
advirtió desde las páginas de El País el economista español Juan Torres, pero
las críticas obligaron a retirar el artículo.
En una valoración de esta
tendencia durante una entrevista concedida a la cadena de televisión pública
ZDF, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, estableció un
paralelismo con la escuela. “Cuando uno saca mejores notas, los que están
atravesando dificultades tienen un poco de envidia”.
Pero no se lo tomó igual el
titular de Exteriores, Guido Westerwelle, quien lamentó el “tono excesivo, a
veces injusto e hiriente” en las críticas que se vierten contra su país.
Más variopintas son las opiniones
entre la población alemana, aunque recientes encuestas revelan que el 59 por
ciento de los ciudadanos cree que su canciller actúa de forma acertada en la
crisis.
“Uno puede discutir y criticar la
política del Gobierno alemán, no hay duda. Muchos alemanes lo hacen. Y es
comprensible que los países afectados se enfaden. Pero llevarlo al extremo de
comparar a Merkel y los alemanes con los nazis es absolutamente inadmisible”,
reflexionó Anna, alumna de un máster de Estudios Europeos.
“Además, es muy peligroso y va
justo en contra de lo que se pretendía con la integración europea: implicar a
Alemania en Europa para evitar guerras. Lo que ocurre ahora hace que el país
pierda entusiasmo en Europa, y eso sólo puede tener efectos negativos. Y no hay
que olvidar que, sin Alemania, las cosas no marchan”.
Un abogado de una de las grandes
transportistas germanas entrevistado por DPA e identificado como Christoph,
advirtió sobre “el riesgo de que el debate actual destruya una parte
considerable de la confianza y de la fe en la Europa unida”. “Los políticos
alemanes tienen que comportarse ahora de una manera muy diplomática”.
En cambio, Sabine, una asesora de
comunicación, criticó la política de Merkel y cuestionó la legitimidad de
rescatar a los bancos. “¿A costa del bien común? ¿Del pequeño ahorrador? ¿Y hay
que rescatar a todos los bancos a cualquier precio?”.
No obstante, mostró su desacuerdo
contra las alusiones al nazismo. “Creo que Alemania, como potencia europea, no
puede dejar de opinar sobre la crisis. Incluso aunque quisiera. Por otro lado,
¿por qué debería? Desde mi punto de vista, nuestra historia no puede ser una
razón para agitar de inmediato el fantasma nazi en cuanto Alemania expone su
postura y otros países no están de acuerdo”.
Aunque muchos, según la agencia,
comprenden el dolor y la rabia de la población en los países más golpeados por
la crisis, lo cierto es que la mayoría asume las críticas como el precio a
pagar por el poder alemán y todos rechazan de forma unánime las alusiones al
nazismo.
Mientras tanto, Merkel goza de
niveles récord de popularidad y es la gran favorita para ganar las elecciones
generales de septiembre.
Fonte: site Contrainjerencia.
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